Para los fanáticos del terror, La Bruja parecía ser un plato completo. La película llegó a Brasil generando gran expectativa, siendo elogiada por varios medios internacionales y pareciendo luchar por un lugar en la lista de éxitos de bajo presupuesto.
Producida por el brasileño Rodrigo Teixeira y dirigida por el debutante Robert Eggers, la película no puede escapar de una narrativa lenta y muchas veces completamente tediosa. La premisa parece interesante, pero la precisión técnica al alargar varias secuencias y la falta de visión a la hora de darle ritmo en el último tercio hacen que la producción no pueda ni pasar de la línea razonable.
Bruja: Es el año 1630, Nueva Inglaterra, Estados Unidos. Luego de ser expulsados de la comunidad donde vivían por no estar de acuerdo con la conducta religiosa de los líderes locales, la pareja William y Katherine buscan un nuevo comienzo en un lugar aislado, cercano a un bosque oscuro. Cuando el menor de la familia desaparece, una serie de extraños acontecimientos comienzan a atormentar a la familia.
La película es lenta, pero esto no siempre es negativo para las obras de terror. Algunos logran sacudir psicológicamente al público con el pragmatismo al que se dejan llevar, sin embargo, en el contexto de La Bruja, termina siendo algo, como ya se mencionó, tedioso.
Si la película sigue la política de no buscar sustos fáciles y vacíos, es necesario llenar ese espacio con cierta implicación con el público, algo que no ocurre en ningún momento.
Llovió sobre mojado. Esta es la expresión más correcta de la contextualización histórica de la obra. La valoración orientativa es de 16 años, y a esa edad la mayoría de la gente ya sabe (o debería haber sabido) del fanatismo religioso de gran parte de la sociedad de la época.
En los diálogos hubo una insistencia masiva en mostrar al público cómo la Biblia fue interpretada de manera radical por los protagonistas y cómo esto interfirió con el fracaso de la familia en sus actividades. La idea de crear un misterio sobre la existencia o no de la Bruja es buena, pero acaba resultando abrumadora.
Algunas actuaciones pueden resultar interesantes, especialmente las de los niños. En los aspectos técnicos, la fotografía es muy interesante, cumpliendo las expectativas creadas (en este sentido) y sirviendo de salvación a las pocas escenas tensas, además del vestuario, que es sencillo y adecuado.
Finalmente, no puedo entender todo el éxito anterior y los elogios masivos recibidos por la película. En el escenario creado, terminé saliendo del cine completamente decepcionado. Quizás si no se creara todo este escenario de expectación, la película obtendría una mejor calificación.
Si quieres ver una buena película de terror y asegurarte algunos sustos, aléjate de La Bruja. Incluso con la propuesta de terror artístico y terror psicológico, la película termina por no cumplir con las expectativas.