Cuando se piensa en una figura como el Papa, se piensa en una persona completamente entregada a la religión, con obligaciones y su existencia centrada únicamente en este ejercicio. Sin embargo, el Papa emérito Benedicto XVI tenía una personalidad muy diferente a la que uno imagina.
Joseph Aloisius Ratzinger fue Papa de la Iglesia Católica y Obispo de Roma desde el 19 de abril de 2005 al 28 de febrero de 2013, cuando oficializó su abdicación. Ratzinger falleció el 31 de diciembre de 2022, pero dejó muchas historias y recuerdos.
En entrevista con A12, el cardenal y arzobispo emérito de Aparecida, Dom Raymundo Damasceno Assis, detalló sus impresiones sobre el Papa Benedicto XVI y su personalidad.
“El Papa Benedicto XVI es una personalidad muy rica, porque es músico, pianista. Y esto generó en él una extraordinaria delicadeza en el trato con las personas, siempre con mucho respeto, educación, delicadeza. Es, sin duda, una de sus señas de identidad”, señala Dom Damasceno.
Interesado por la música desde joven, Benedicto XVI fue un consumado pianista. Una de sus mayores pasiones fue Mozart, con quien tuvo contacto desde muy joven.
Benedicto y Francisco: extremos opuestos
A pesar del reconocimiento de su personalidad educada y musical, Benedicto era muy diferente del actual Papa Francisco. Según Dom Damasceno, el comportamiento de Benedicto XVI, en su opinión, es el de una persona introvertida o tímida.
“No es una persona tan extrovertida como el Papa Francisco, que, por ejemplo, se comunica, habla, se relaciona mucho más fácilmente con la gente, bromea, tiene cierto sentido del humor. Benedicto XVI, por el contrario, es una persona introvertida, más contemplativa, pero es una persona de extraordinaria firmeza y delicadeza”, explicó.
Aún así, siempre fue referido como una buena persona, que trataba con delicadeza a las personas y que tenía un inmenso tacto con la música, lo que le ayudó mucho en la construcción de su personalidad.