La primera película del director Ari Aster, Hereditario ha tenido un gran impacto en el público desde su lanzamiento. Teniendo en cuenta la cosecha de películas de terror recientes, la película surgió como un soplo de creatividad en medio de las producciones.
Su historia en sí no trae elementos distintos a lo común: trama familiar, secretos ocultos e implicación con lo sobrenatural. Pero lo que acabó diferenciando a la película no fue sólo las actuaciones, sino también su ejecución y la mitología elegida.
La película presenta a Paimon, quien en demonología es retratado como un hombre fuerte con un rostro femenino, que lleva una corona gloriosa y monta un dromedario. Paimon es considerado uno de los reyes del infierno, muy obediente a Lucifer.
El símbolo que representa al diablo se puede ver en distintos momentos de la película. Según la demonología, “tu Característica es la que debe usarse como Lamen ante ti”. Un “Lamen”, en términos mágicos, es una coraza o collar simbólico.
¿Qué representa Paimon en Hereditario?
En la película, Paimon es la entidad venerada por la secta de la que formaba parte la matriarca fallecida de la familia. Inicialmente, según revela el director, Charlie (Milly Shapiro) es quien lleva consigo al demonio desde que nació.
De hecho, el sonido que hace Charlie con la boca representa el ruido del dromedario al galope de Paimon. Además, la obsesión de Charlie por el chocolate también justifica la presencia del diablo, ya que el chocolate suele asociarse con el pecado y la tentación.
Más tarde, en las páginas del libro que encuentra Annie, se menciona que Paimon necesita un anfitrión masculino, y debe estar lo suficientemente agotado como para que Paimon entre en su cuerpo. Los acontecimientos de la película crean gradualmente estas condiciones para Peter (Alex Wolff), el hijo.
A pesar de las menciones directas del diablo, la mitología de la película se fortalece también con citas de otros símbolos ocultos, como el uso de las palabras «Satony», utilizadas en un ritual de comunicación con los muertos y «Zasas» utilizadas por el ocultista Aleister Crowley. cuando invoca al demonio Choronzon.