Se sabe que los dramas, a pesar de ser moda internacional, tuvieron su origen en países asiáticos, como Japón, China, Corea del Sur y Taiwán, teniendo cada uno sus características específicas, trayendo habitualmente historias románticas con o sin elementos fantásticos.
Sin embargo, a pesar de ser un fenómeno reciente, el nacimiento de los dramas se produjo hace más de 80 años, precisamente en Japón (por lo tanto, drama). Dirigida por Sakamoto Tomokazu y escrita por Ima Harube, la primera producción de este tipo se emitió en 1940.
Noble Yugemae (o Antes del anochecer), el drama fue estrenado el 13 de abril de ese año, la producción contó con 12 minutos de contenido, el cual fue transmitido íntegramente en vivo. Es decir, pocas personas pudieron asistir a la primera proyección.
La trama sigue la historia de una madre viuda y sus dos hijos. Esta fue la primera y única transmisión de este tipo disponible, al menos hasta 1956, cuando Tailandia transmitió el primer programa en el mismo formato, titulado El no de Suriya Yinglucksiendo el primer drama tailandés de la historia.
Corea del Sur, que se convirtió en un referente de este tipo de producciones, recién estrenó su primera producción en 1962, año de estreno del K-drama. Gukto Mari. Pero, a pesar de sus orígenes duraderos, la verdadera popularización de estas producciones llegó mucho después de su creación.
¿Cómo se hicieron populares los dramas en todo el mundo?
Es difícil precisar exactamente cuándo los dramas y producciones de otros países se volvieron tan populares, pero lo cierto es que este fenómeno ocurrió después de la década de 2000, a medida que las tecnologías avanzaban para acercar al mundo cada vez más.
Por supuesto, hay características específicas de las producciones, como la calidad de la producción, que no ha hecho más que aumentar con el tiempo, equiparándose con las series de televisión occidentales, además de las historias cada vez más universales, creando una mayor proximidad a conflictos universalmente comprensibles.
Pero no se puede descartar la influencia de internet en esta popularización, que no sólo dio origen a comunidades online llamadas “FãSubs”, que promocionan e incluso subtitulan producciones en diferentes idiomas, sino también la existencia de plataformas de streaming como netflix y Rakuten Viki, que distribuyen contenido universalmente.