Ícono del terror, Zé do Caixão hizo de Brasil una referencia en el género. Conocido internacionalmente como ataúd joeel personaje inició su saga funeraria en 1964, con A medianoche tomaré tu alma. Desde entonces, su figura se ha hecho tan famosa que Zé do Caixão ya no es sólo un personaje, sino sinónimo de su creador, José Mojica Marins.
Marins nunca fue alguien que encajara. De bebé acompañaba a su padre en compañías circenses ambulantes y, de mayor, pasaba las tardes en la sala de proyección del Cine Santo Estevão, donde su padre empezó a trabajar como proyeccionista y director. De joven se mantuvo al margen como productor en Indústria Cinematográfica Apolo Ltda. En su primer largometraje, Mojica se ganó la antipatía de los sacerdotes por las herejías de la obra. El destino del aventurero.
Esta marginación de su figura se extendió a lo largo de su carrera, siempre guiada por lo extraño y lo experimental. Algunos dicen que la extrañeza de Mojica se remonta a su nacimiento un viernes 13 de 1936.
Después del éxito, ¿cómo nos dejó Zé do Caixão?
Después de lograr cierto éxito con Zé do Caixão y sus otras obras, se esperaba que Mojica adoptara un estilo de vida más soberbio y confortable. Por lo contrario. El cineasta continuó dedicándose al cine marginal, montó una escuela de interpretación en São Paulo y produjo películas hasta pocos años antes de su muerte.
En 2014, Mojica tuvo un problema cardíaco y pasó casi un mes en el hospital para desbloquear una arteria. En 2019, el director fue homenajeado, pero su edad lo perjudicaba notablemente y mostraba signos de Alzheimer.
Marins falleció en São Paulo a los 83 años. Su muerte fue confirmada por su hija, Liz Marins, el 19 de febrero de 2020, siendo víctima de una bronconeumonía. El director estaba hospitalizado desde finales de enero debido a su afección pulmonar.
Así, nos quedamos con el extraño mundo sin Zé do Caixão, quien hizo a Brasil más Brasil y al terror más terror, aunque no todos le den este crédito.