Aparecida en el siglo XVI, la ópera es uno de los géneros más antiguos del mundo moderno que se ha mantenido fiel a sus orígenes. Combinando elementos técnicos y artísticos, la ópera se considera el género artístico más completo.
Una ópera combina la parte musical, realizada por un compositor, con el libreto, que no es más que la historia de la ópera, independientemente de que sea original o adaptada –como ocurría a menudo con las obras de teatro y los episodios teatrales.
La obra Dafne, de Jacopo Peri, se presentó en Florencia, Italia, durante la última década del siglo XVI y es la primera ópera conocida. Sin embargo, su registro completo se perdió con el tiempo, haciendo que la ópera Eurídicede Peri y Caccini, es la primera ópera de la que está disponible la partitura completa.
De esta manera, la obra puede representarse íntegramente hasta el día de hoy en salas de conciertos de todo el mundo.
Ópera y Renacimiento
Como todas las artes de la época, el Renacimiento representó el apogeo de la ópera durante todo el siglo siguiente, hasta llegar al período Barroco, que tuvo igualmente éxito para el género. Fue durante este período, entre los siglos XVI y XVII, cuando Claudio Monteverdi surgió, para muchos, como el mayor compositor de ópera de la historia.
Su primera ópera importante fue Orfeo, cuyo estreno tuvo lugar en 1607. Monteverdi se basó en la leyenda griega del mismo nombre, aplicando una gran carga dramática a su obra. El compositor se propuso aumentar considerablemente el número de artistas, creando una sensación de épica en su ópera con alrededor de 40 músicos.
Sus cambios en el género y el legado de sus obras revolucionaron la ópera de la época, haciendo que Claudio Monteverdi sea considerado hasta el día de hoy como el Padre de la Ópera y responsable del género que hoy conocemos.